Y no querer salir.

Y no querer salir.
"Parado frente al mar, mientras el mundo gira."

jueves, 1 de septiembre de 2011

El miedo es un ladrón al que no guardo rencor.



Daría todo porque me encontrara ella amí, aunque no la conozca, aunque ella ni siquiera sepa que existo.
Por pedirle perderme en la inmensidad de cada una de sus letras, del color infinito de sus ojos.
Es algo que echo de menos, el no haberlo tenido nunca, el no haber sentido revivir tardes que aún no han nacido, el darle los buenos días a la noche a su lado, el acariciarle la espalda desnuda entre castillos de arena inundados de sal.
Te pasas toda una vida, la única, esperando algo, una señal, que no termina de llegar, y cuando decides salir a buscarla, te acuerdas de tu amigo el Miedo.
No lo intentes, te repites una y otra vez, rompiendo tu cuerpo y tu alma contra la pared, e inconscientemente, tu conciencia, te acaba haciendo caso.
Es demasiado tiempo malgastado con personas por las que lo has dado todo y solo has recibido a cambio promesas muertas.
Es demasiado tiempo.
La ilusión es un camino con infinidad de direcciones (me encantan los caminos...), y nunca sabes dónde te va a llevar, y si lo sabes, eres tan estúpido que reculas, por el miedo a fracasar, a que agoten  tu esperanza, a que te hagan daño en ese órgano cosido de parches.
Por fuerza, he terminado por aprender que, cuanto más esperas de una persona, más grande es la decepción que te llevas, y si ella, la que me tiene que encontrar, me demuestra lo contrario, le prometo la luna.
Te agotas, escarmientas y te agotas. Y te cansas de los viernes y los sábados, de las mismas caras, los mismos gestos, las mismas miradas, las mismas calles, las mismas noches, y te cansas de pensar en que todo es tan sencillo como en las películas, como en Cómo conocí a vuestra madre.
Te cansas del "hey tío, cómo te va todo", te cansas del "hola, me llamo x, me das tu tuenti/facebook?". El día que una mujer me de su número de teléfono y me diga "llámame"...joder, ya no quedan mujeres de esas.
De las que siempre me han gustado. De las que les encanta pasear, beber cerveza, escuchar música mientras piensas, ver pelis con miga social o psicológica.
De las que te cogen, sin pedírselo, de la mano cuando vas por la calle, de las que te proponen planes alternativos a ir al Casco con sus amigos.
De esas que quieren conocer hasta la última cicatriz de tu cuerpo, de esas que cuentan estrellas y te escriben notas de papel, de esas que le susurran al viento para contarte sus secretos.
Existes, encuéntrame, porfavor...
Que yo tengo miedo de creer que te encuentro.
Y veo una foto, y me aprendo tus ojos y tu pelo, y tus letras.
Y me ilusiono con algo que se pasa por mi cabeza, y me pongo a mil con solo pensarte aquí conmigo.
Dice Zafón, en Marina, que "sólo recordamos lo que nunca sucedió"...y yo soy un as cuando me pongo a imaginar...


2 comentarios:

  1. Como dijeron los grandes el dolor es un ensayo de la muerte...

    Me sorprendes,te envidio por sentir dolor,miedo,inseguridad pero ala vez esperanza e ilusión por algo nuevo,por algo que no conoces,por un futuro,y la envidio a ella no sabes de que manera, no te lo puedes llegar a imaginar,y no sé, si ni si quiera es envidia sana,por que yo también quiero que alguien escriba asi sobre mi,creo que me lo merezco.
    Con cariño

    ResponderEliminar
  2. No le he escrito a ella...porque ni siquiera la conozco. Es como algo esperanzador, esperando lo inesperado...supongo que entiendes lo que quiero decir.
    Alguna vez tiene que llegar lo bueno en todos los ámbitos de la vida, y en este toca ya...
    Y no sé, quizás el que te envidia soy yo, por no sentir dolor, miedo, inseguridad ni esperanza ni ilusión por algo nuevo.
    Y sita ladyblue, yo puedo escribir sobre alguien que no conozco, pero no paso de ahí. Creo que te mereces algo más, y que todo llega, dicen.
    Con más cariño aún!

    ResponderEliminar