Y no querer salir.

Y no querer salir.
"Parado frente al mar, mientras el mundo gira."

sábado, 24 de septiembre de 2011

Cuándo se gana

Araño el tiempo y la obsesión, no va a quedar nada de tí.


"¿Cuántas vidas vivímos?, ¿cuántas veces morimos?. Dicen que todos perdemos 21 gramos en el momento exacto de la muerte, todos. ¿Cuánto cabe en 21 gramos?, ¿cuánto se pierde?, ¿cuándo perdemos 21 gramos?, ¿cuándo se va con ellos?, ¿cuándo se gana?, ¿cuándo... se gana?..."




No encontré mis sonrisas en su cara.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Historia de amor entre mi doble personalidad.



No podría vivir sin el odio galopando por mis venas, pero sí sobrevivir sin que el amor me haga latir.

Tan triste...

Por fin he encontrado trabajo, voy a poder sacarme el carné, seguir tatuandome e ir a Barcelona más a menudo.
Además, tengo que ser feliz. Me dejo los riñones moviendo cajas en un almacén, pero dicen, que quieren gente simpática, sonriente, agradable y dinámica.
Me encanta, vuelvo a ser ese tío gracioso de ropa rara y pendientes extraños.

Es genial, sobre todo cuando salgo del almacén y me pregunto qué coño voy a hacer durante el resto del día.
Está claro, esperar a despertarme al día siguiente, y dando gracias.
Suma y sigue.
Suma y sigue.
Suma y sigue.

Qué puedo decir, mi aspiración en estos momentos no va más allá (suficiente) de intentar que mi madre esté feliz y no plegar un coma etílico.

Hablando de ello, mañana es viernes, otra noche en la Momia, bebiendo veneno ausente de la gente, para no perder la costumbre que me ahoga.

¿Quién coño me aporta algo positivo para sonreír?

Tampoco estoy tan mal.
No sé, tú que me entiendes, ¡sabes esa sensación de estar completamente vacío por dentro?.
Como cada vez que vomito, intentado mantener el tipo a cada bocanada de aire que forma un nudo en mi garganta.

Quizás me he vuelto aún más inconformista.
He andado tanto tiempo a oscuras recibiendo palos, que pienso que un destello de luz me dejaría ciego, y los párpados se me pegan después de tanto tiempo. Parece que tenga que esperar a la perfección en persona para que me diga "venga, cogeme la mano, que queda mucho, y muy bueno".
Sí joder...la vida es triste, pero por eso tenemos que apreciar más los momentos buenos.
La vida son todos esos instantes irrepetibles que guardamos en la retina del alma, que, muy de vez en cuando, se reviven en nuestras cabezas, para sacarnos la mayor de las sonrisas.
Y adoro esos segundos...estamos hechos de recuerdos, de ilusión y de la desesperanza heredada, de pequeñas batallas y grandes derrotas contra uno mismo.

Algo me oprime el pecho, sigo teniendo miedo de nada, cuando nada vale nada.
Merezco alguien que me deje que le haga feliz, y que me pague con una sonrisa de buenos días, desde donde sea, como el mayor de sus tesoros.

¿No sientes el frío? Otra vez, de rodillas contra el suelo.

Guarda siempre una bala para el espejo, nunca sabes cuando llegará el momento de buscar otro horizonte.

Cambiaría, lo juro.
Bajo mi puta piel se esconde un mundo.

"Y qué le importa a nadie cómo está mi alma"



Harto de vivir en tierra de promesas muertas...

lunes, 19 de septiembre de 2011

Submundos paralelos.


"Si tengo miedo, que no lo tengo, susurro, y pienso."

Me hundo en el barro, y mis suelas llenan el camino de color olvido.
Tus pasos, ajenos, lejanos, rompen cualquiera de mis silencios.
Tus manos, ajenas, extrañas, juegan a hacerme estallar.
No recuerdo la última vez que me creí una caricia.
Sin embargo, siempre recuerdo cada una de las veces que me perdí en ojos desconocidos, en lo más profundo de la ingenuidad humana.
Los cementerios están llenos de valientes, pero joder, pensar en matar mi conciencia por una buena razón no estaría nada mal.
Pero faltan motivos, incluso para sonreír, si no se refleja el amanecer en otra espalda.
Paso las noches acordandome intensamente, sangrando hasta morir, de recuerdos que no me pertenecen, acordándome de momentos que no he vivido, de manos que no he tocado, de personas que no he conocido.
al fin y al cabo, mi realidad es todo aquello que pienso.
Me violan las dudas existenciales, hasta el punto de creer una cercana locura inapreciada para todos los que me rodean, para los que me miran y no me ven, para los que me hablan y no me enseñan, para los que me oyen pero no me prestan atención, para los que de verdad me escuchan pero no me entienden, * para las que me follan y no me hacen temblar por dentro...

Bendita esa locura, que con alguien, algún día, estaré dispuesto a compartir.


martes, 13 de septiembre de 2011

Radiografía de un suspiro.


"Comienza por el comienzo."



Juro que hoy no me afecta tu ausencia, sería condenarme por un error.
Estoy bien, ya sabes, siempre soy ese chico feliz que no tiene problemas, el que hace reir a los demás.
Conozco a algunas personas que también son así.(Ánimo, Lady.)
Pero joder, me suda la polla lo que pienses de mí, solo hace falta mirarme para ver que no soy como tú, y que gracias a Dios, ni siquiera pienso en serlo.
Me siento bien en mi mundo, tengo miles de castillos en el aire.
Me gusta no sentirme como tú, como él.
Me gusta no escuchar tu música o llevar tu ropa, no ir a los mismos sitios, saber lo que es sufrir en todas las áreas de la vida, para valorar realmente lo que importa, y reordenar las prioridades.
Me gusta que me haya costado, y me siga costando.
Quizás pienses que mi postura anatómico-metafísica es algo masoquista; puede ser, he aprendido a respirar el dolor para luego destilarlo en forma de un aprendizaje sistemático.
He perdido demasiadas cosas a lo largo de los años, y es verdad que hay que estar en el fondo del pozo para ver la luz.
Cuando estás completamente vacío, es cuando encuentras señales de vida hasta en el pedazo más inherte de consciencia humana (incluso animal...).
Sé lo que estoy buscando, ahora estoy seguro, y es gracias a todos vosotros, a todos los que me habeis fallado, a esos que me mintieron, a todos los que me dejasteis de lado cuando no podía andar, aquellas que me tiraron al punto limpio cuando estaba totalmente congelado.
Sí, os vuelvo a dar las gracias. Me habeis enseñado lecciones más valiosas que todas vuestras vidas juntas.
Me habeis enseñado lo que importa de verdad, y lo que tengo que compartir, y a quien tengo que esperar para compartirlo.
"La venganza es un trasto tan inútil."
Demasiado plomo malgastado en cuerpos innecesarios (gracias Eskorbuto, siempre Iosu).

Intento ser feliz. Como veis, más o menos he podido salir de aquél mundo de mierda donde estuve metido, aunque muchos lo sigais pensando que ese chaval es un delincuente, estoy orgulloso de haber cambiado (yo, que pensaba que la gente no cambiaba), de haber sabido tirar hacia adelante sin mirar atrás sin dudar ni un segundo.

No sois parte de mi mundo, no eres parte de mi mundo. Este no es vuestro sitio.

Bienvenidos, todos los que quieran decirme verdades como puños.
Bienvenida, cuando quieras, estoy esperando a que sepas descifrar la lengua muerta que hablo cada vez que suspiro.

Intento ser feliz, y si fracaso, será mi fracaso.


"Vidas que dejé cruzadas, vienen encendiéndose.
 Vidas que dejé cruzadas, vienen persiguiéndome."



Por si el tiempo me arrastra a playas desiertas...

domingo, 4 de septiembre de 2011

CERRADO POR DERRIBO



Y aún a ratos, ya ves.

Y me rendiría un día tras otro ante la inmensidad del mar en el horizonte...
   


¿Sabes? Nunca he podido decir que he sido plenamente feliz.
Han pasado demasiadas cosas malas en mi vida.
Muchas me las he merecido, lo sé, me he comportado como un auténtico hijo de puta.
Pero han sido demasiadas...
Pagué mis deudas con creces, ya no aguantaría otra más.
He aprendido que cualquier error puede condenar tu vida.

Siempre me han dicho que tengo los ojos tristes.

Pero, hay un lugar, hay un momento, en el que despellejo el tiempo poco a poco, para no recordar nada, y soy feliz.
Y tan solo hace 3 años que pude contemplar el mar con mis ojos...

Nunca había visto el mar. Nunca.
Pero llegó el día en que me quemé y escapé, literalmente.
Jugué con fuego durante demasiado tiempo, las calles me prendían, mi casa me prendía, la gente me prendía, el pasado me prendía.
Yo era un chaval hecho de gasolina, y todo lo demás, eran cerillas que estallaban en cuanto me acercaba.
Y escapé.
Barcelona. Jamás me cansaré de repetir tu nombre. Eres lo único que amo y se mantiene ahí.

No sabría definir ni en un millón de años la sensación que mi cuerpo y mi alma experimentaron al pisar la arena.
No lloré, no reí, no hablé.
Me dirigí temblando hacia tu mar, con ropa, con cartera, con móvil, con todo encima, dejé que me tragaras y me hicieras renacer con cada nuevo oleaje.
Fuí feliz, y desde ese momento, cada vez que te pisaba, cada vez que mis labios me escuecen por la sal, lo soy.

Dicen que la ausencia es una consecuencia.
Es egoísta, pero por una vez me toca pensar en mí, y pienso, que me encantaría tener a alguien que sufriera por mi ausencia, sin hablar de familia, que sufriera el que me fuera como la mayor de sus pérdidas.
Y que me pidiera escaparse conmigo.
"Si vas a venir conmigo, agárrate"

 

Echo de menos levantarme y respirar el mar.
Joder, qué bonita debes estar cuando paseas por la playa.

Alea.




Y aún a ratos, ya ves...

"Caminando por las venas con mi sangre."




Adelante, sin mirar atrás.
Adelante, como hacen los demás.
Adelante, sin piedad.
Y solo una vez más, soñaremos por lo muerto.

Y nadar siempre a contracorriente.



"Todos esos recuerdos
vuelven a mi persiguiéndome
como una maldición
Es un sueño, una mentira
si no se hace realidad.
O es algo peor lo que me envía hacia el río."


Vengo de la parte baja del valle,
donde, cuando eres joven
te enseñan a hacer las cosas
de la misma forma q las hacia tu padre
María y yo nos conocimos en el instituto
cuando ella tan solo tenía 17
escapamos de este valle
hacia donde los campos eran verdes.
Solíamos ir al rio
y en el rio nos sumergíamos
solíamos dejarnos llevar
por su corriente.
Pasó el tiempo,
y María quedó embarazada
y para mi 19 cumpleaños,
me regalaron un contrato de trabajo y un traje de boda.
Fuimos al juzgado,
y el juez hizo el resto.
Sin sonrisas de día de boda,
sin paseo hacia el altar,
ni flores ni traje de novia.
Tengo un trabajo en la construcción
para la compañía Johnston
pero últimamente dicen que la cosa está mal
debido a la economía y todo eso.
Ahora, todas aquellas cosas
que antes eran importantes para mí
parecen desvanecerse en el aire
Yo actuo como si no recordara nada del pasado,
y María como si no le importara.
Pero aún recuerdo aquellas escapadas que
haciamos en el coche de mi hermano
Si. Recuerdo su bronceado y húmedo cuerpo
yacer a mi lado, tumbados por las noches
a la orilla del lago.
Solía tumbarme cerca de ella,
para oirla respirar a mi lado.
Todos esos recuerdos
vuelven a mi persiguiéndome
como una maldición
Es un sueño, una mentira
si no se hace realidad.
O es algo peor lo que me envía hacia el río.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Parado frente al mar, mientras el mundo gira.


"Puedes apostarlo todo a cara o cruz, y perder, y seguir adelante, y no hablar jamás sobre tu pérdida."


Laberinto de sueño.



Despierto.
Estoy de nuevo en la puerta del laberinto, del día a día.
Abro la puerta, pequeña, insignificante para el resto, nadie quiere que haga ruido.

Estoy dentro, no veo nada, después de disfrutar de un imponente sol durante algún tiempo, tengo que acostumbrarme a la oscuridad, aunque eso me cueste ás de lo que quisiera.
Huelo, noto el olor a asfalto, a humo, a rutina, el el día a día.

Ya veo mejor, busco una ventana, tengo la esperanza de que mi vista apunet al mar, pero solo encuentro muros que llegan hasta el techo.
hay techo, no puedo mirar al cielo.
Me pongo a andar en el bosque de hormigón.

Recorro el mismo camino una y otra vez.
Algo falla, seguro que he dejado algo atrás y no me he querido dar cuenta, que típico.

Llego a una sala común, y debo ser diferente, porque en lo común no encuentro a nadie para compartir mis laberintos.
La sala se desfigura en cinco caminos y una puerta.
Evidentemente, me dirijo a la puerta.
Evidentemente, está cerrada.

Escojo un camino al azar; siempre he creído en una suerte ya echada, pero al fin y al cabo, suerte.

Mi vista se pierde en el horizonte que escudriño al final de un camino totalmente recto, liso.
Doy media vuelta, este camino no es para mí, no pertenece a mi concepto metafísico y humano de realidad.

Me adentro en otro, tampoco es el mío, otra etapa de mi vida desperdiciada, pero de la que algo aprenderé.

Tras probar en cuatro caminos que me llevaban a ninguna parte, comienzo a andar por el quinto y último.
Oscuro, desnivelado, roto, estrecho, húmedo.
Corro.
Me echo a correr como si no hubiera mañana.
Me caigo, me despellejo la carne de mis rodillas desnudas, de mis manos abiertas. Alguien me ha puesto la zancadilla, de nuevo, que típico. Uno, o una más.

Sigo corriendo, cojeando, necesito apoyo. ¿Hay alguien ahí?.
Estoy sangrando, tengo frío, incluso algo de miedo, y una extraña sensación en el estómago, y una sonrisa muy rara.

Me choco de lleno dontra una pared.
Caigo de nuevo al suelo, ésta vez, inherte. El golpe ha dolido demasiado.
Por la herida de mi cabeza empieza a brotar un río escarlata, impregnado de mis pensamientos, de mis ideas, de mis recuerdos, de mis aluciones y mis determinaciones.

Me levanto, aunque haya pasado años en un estado inconsciente y vegetativo, siempre vuelvo a levantarme.
Ya no corro, si tengo que llegar, llegaré cuando sea el momento.
Me acuerdo de una cita de Coelho: "Mientras tanto, si yo me esforzaba como me había esforzado, tal vez consiguiese un día entender que las personas siempre llegan a la hora exactas donde están siendo esperadas.".
De nuevo, qué sonrisa tan rara...me estará esperando...
Camino.
Camino y reviento.

Dónde está la salida...("estás asustado, tu vida va en ello...")

Joder, cuántas puertas he intentado abrir y todas cerradas, en qué mierda estoy metido.
Se abre una puerta ante mí, por fin ha cedido.
Parece una habitación muy confortable. Hay una mujer morena, hay cerveza fría, un tocadiscos y una cama. Creo que he encontrado mi sitio.

No, no, no, no. La habitación no tiene ventanas, la cerveza es Heifer, la mujer es morena y no hay tabaco ni vinilos.
Casi, suerte.

Sigo caminando, ya sin sonrisa. Cuándo me toca, cuándo me toca.

Caigo de rodillas, empiezo a vomitar.
Lo vomito todo, vomito en el camino.
Vomito lo malo de mi infancia, de la rebeldía de mi adolescencia, de i inquietante pre-madurez.
Vomito los márgenes de la sociedad insociable, vomito las puertas cerradas, vomito la cicatriz de mi cuello, vomito a los que me han hecho daño, y que el Señor les perdone, porque no saben lo que hacen.

Estoy vacío, creo que ahora puedo continuar.

Sigo.
Sumo y sigo, y veo rendijas de luz. Corro, nuevo, corro. He llegado.
Me estará esperando fuera.
Veré rostros desconocidos que conozco. Disfrutaré de cada instante como si fuera el primero y el último.
Giro el pomo, el aire me golpea la cara, me sangra, y me encanta.

Estoy fuera.
Cubro mis ojos ante ese imponente sol que tan familiar me resulta.

Pero...
Algo falla.
Caigo.
Me rompo.

No puede ser...estoy otra vez en la puerta del laberinto.


Laberinto del sueño, donde se pierden los demonios de la memoria.


viernes, 2 de septiembre de 2011

Mi nombre es Camino.






Me encanta caminar, es una de mis pasiones.

Uno de mis defectos, elegido al azar entre los 1013 que tengo (y subiendo), es que tiendo a deformar la realidad como en un cuadro de la etapa de las Pinturas Negras de Goya.
A veces me siento como Saturno devorando a su hijo, engullendo cualquier centímetro de cotidianidad realista que aparezca en mi vida.
Como dice una de las personas con más bondad que conozco (alucinante ella) "pensar se me da bien… jodidamente bien.".
Y entonces me paro a pensar, y cuantísimo me jode.
Pero, me cago me cago en mi puta calavera, por qué todo es tan diferente de como lo pensamos a como sucede en realidad, sabes que va a ser así, incluso antes de conocerla.
Nadie se va a reír en mi puta cara, estoy harto de dejarme pisotear por zapatos de tacón del 36.
Me encanta la música, el cine, lo extravagante, la montaña, el mar, el sexo, el poder hablar, incluso escuchar, joder, donde tengo que comprar lo que tienen los demás y me falta.
Sería feliz con un perro o un gato (adoptado, los animales no tienen precio, cabrones) pero mis padres tienen alergia que te cagas al pelo de animal...y no me acostumbro a dormir solo, sobre todo cuando estoy borracho.
"There's no feeling like the one to drink a beer in the sun. To hear music you love and to feel free." Joder, qué razón tienen los Perkele.
Pero también tienen razón en "When you are dead" cuando dicen "Todos te querrán cuando estés muerto." pero hasta entonces, apáñatelas por encontrar a alguien.
Es fácil, encontrar apoyos y eso, para vosotros, humanos.
Pero yo quiero más...necesito más. Quizás ese es mi problema, que idealizo a las personas, que espero demasiado.
Pero, señoras y señores, amigos para ir a la Momia, me sobran. Mujeres Rubias o morenas para echar un polvo, se encuentran.
No...sé que son 21 años...pero por desgracia tuve que madurar demasiado pronto, y amueblarme la cabeza con ideas de futuro.
Yo sé lo que quiero, porque es lo que necesito.
Y a la Momia puedo ir cualquier fin de semana, pero quiero tener el número de alguien a quien llamar y decirle "vamonos de aquí, a Galicia, lo necesito" y que ese amigo acceda cerrando cualquier compromiso.
Y follar puedo follar cuando se me presente la oportunidad (siempre aparece algo, aunque de ciento a viento), pero yo busco fundirme, y sobre todo, admirar a esa persona después, mientras duerme.
Y quiero tener su número, llamarla, verla y decirle "vamonos de aquí, a Barcelona, lo necesito" y que sonría encantada, porque ella ya había comprado los billetes, porque me conoce con mirarme a los ojos, y sabe cómo, cuándo, dónde y por qué.
Solo quiero caminar y que las huellas sean cuatro. Sea o no el camino correcto. Porque, no sé dónde lo oí, el camino de la vida va donde te llevan tus pasos.


Joder, tengo un tocadiscos en la habitación, pero los vinilos no están hechos para escucharlos a solas.


Para tí la vida que te lleva.
Para mí la vida que me quema.
Tenías tanto que aprender.
Y yo tanto por demostrar.
Por un instante, la eternidad.

Cuando aún te espero llegar.


Cuando el aire que respiro hace un nudo en mi garganta.
Cuando mis manos tiemblan al coger un lápiz.
Cuando mi estómago sangra por mis excesos.
Cuando mi reloj marca las 05:43.
Cuando empiezan a entrar sombras azules por la ventana.
Cuando veo mis dedos amarillentos.
Cuando mis uñas apenas tienen color.
Cuando mi cuerpo apenas desprende calor.
Cuando la fuerza de mi voz flaquea.
Cuando no sé si este papel acabará en el teclado o en la basura.
Cuando no me quedan ganas de escuchar mi canción.
Cuando la noche es tan largo esperando lo inesperado.
Cuando el día es tan largo sin esperar nada.
Cuando la vida es un viaje a ninguna parte.
Cuando es la voluntad la que grita.
Cuando nada vale nada, y algo vale lo vale todo.
Cuando queda huir o pelear.

Es entonces cuando sonrío, me quemo, y peleo.

"El tiempo nos enseña a levantar y golpear."

Alea.
Suerte.


jueves, 1 de septiembre de 2011

El miedo es un ladrón al que no guardo rencor.



Daría todo porque me encontrara ella amí, aunque no la conozca, aunque ella ni siquiera sepa que existo.
Por pedirle perderme en la inmensidad de cada una de sus letras, del color infinito de sus ojos.
Es algo que echo de menos, el no haberlo tenido nunca, el no haber sentido revivir tardes que aún no han nacido, el darle los buenos días a la noche a su lado, el acariciarle la espalda desnuda entre castillos de arena inundados de sal.
Te pasas toda una vida, la única, esperando algo, una señal, que no termina de llegar, y cuando decides salir a buscarla, te acuerdas de tu amigo el Miedo.
No lo intentes, te repites una y otra vez, rompiendo tu cuerpo y tu alma contra la pared, e inconscientemente, tu conciencia, te acaba haciendo caso.
Es demasiado tiempo malgastado con personas por las que lo has dado todo y solo has recibido a cambio promesas muertas.
Es demasiado tiempo.
La ilusión es un camino con infinidad de direcciones (me encantan los caminos...), y nunca sabes dónde te va a llevar, y si lo sabes, eres tan estúpido que reculas, por el miedo a fracasar, a que agoten  tu esperanza, a que te hagan daño en ese órgano cosido de parches.
Por fuerza, he terminado por aprender que, cuanto más esperas de una persona, más grande es la decepción que te llevas, y si ella, la que me tiene que encontrar, me demuestra lo contrario, le prometo la luna.
Te agotas, escarmientas y te agotas. Y te cansas de los viernes y los sábados, de las mismas caras, los mismos gestos, las mismas miradas, las mismas calles, las mismas noches, y te cansas de pensar en que todo es tan sencillo como en las películas, como en Cómo conocí a vuestra madre.
Te cansas del "hey tío, cómo te va todo", te cansas del "hola, me llamo x, me das tu tuenti/facebook?". El día que una mujer me de su número de teléfono y me diga "llámame"...joder, ya no quedan mujeres de esas.
De las que siempre me han gustado. De las que les encanta pasear, beber cerveza, escuchar música mientras piensas, ver pelis con miga social o psicológica.
De las que te cogen, sin pedírselo, de la mano cuando vas por la calle, de las que te proponen planes alternativos a ir al Casco con sus amigos.
De esas que quieren conocer hasta la última cicatriz de tu cuerpo, de esas que cuentan estrellas y te escriben notas de papel, de esas que le susurran al viento para contarte sus secretos.
Existes, encuéntrame, porfavor...
Que yo tengo miedo de creer que te encuentro.
Y veo una foto, y me aprendo tus ojos y tu pelo, y tus letras.
Y me ilusiono con algo que se pasa por mi cabeza, y me pongo a mil con solo pensarte aquí conmigo.
Dice Zafón, en Marina, que "sólo recordamos lo que nunca sucedió"...y yo soy un as cuando me pongo a imaginar...