Y no querer salir.

Y no querer salir.
"Parado frente al mar, mientras el mundo gira."

martes, 30 de agosto de 2011

Amanece en Barcelona. V.O.


Nunca ví, ni volveré a ver, un amanecer como aquél.
Quizás fue el momento más especial de mi vida, cuando muera, lo sabré.

Aquél 20 de Junio, de madrugada, fue sencillamente extrasensorial.
Xibeca, L&M, arena mojada, un mar lleno de dudas, y un sol naciente, rojo, como unos labios que olvidé.

Fue una noche irrepetible...hubo risas, alcohol, incluso sexo. Y no había mañana.
Fue una noche llena de amigos (así los llaman), conocidos, y mujeres por las que cualquiera vendería un riñón solo por ver como se follan.

Pero al amanecer todo era distinto...al amanecer solo estábamos nosotros tres.
Yo, mi cuerpo desnudo, recién tatuado. Un mar tranquilo, vacío, que rompía en mis pies. Un imponente sol, que mandó a dormir a todos, para quedarnos a solas. Solos los tres. El Mar, el Sol, Yo.

Solo, borracho, perdido...

Me follé a mi mismo.
Me follé dentro del Mar, mientras el Sol salía poco a poco, para alumbrarme.
No pensaba en nada, no me masturbé pensando en esos labios rojos (los que olvidé), pensaba en el momento, en el éxtasis que alcanzaría en ese idílico lugar, en ese irrepetible momento.

Me corrí en el Mar. Exhausto, me vacié por completo en aquella inmensidad.
La pequeña muerte, la gran resurrección...
Me rendí a la mínima corriente que había, me dejé llevar por las olas, tragando agua salada, llenando mi garganta y mis pulmones con ese sabor a nostalgia, con ese olor a libertad, con esa textura de infinito...me dejé llevar, queriendo llegar mar adentro.

Arrastrado por la voluntad de una mano invisible, volví a la orilla, pleno, nuevo, puro, vacío, en un estado mental propio de la inconsciencia.

Y amaneció en Barcelona, amaneció un nuevo día, una nueva esperanza para los desesperados, amaneció, desde lo más rastrero de mi alma, una nueva vida.

Barcelona.
Barcelona...
Barcelona, en tu Mar, queda parte de mí.
Volveré de este viaje.


Desafiando a la noche, huíste roto por dentro.
Tus piernas, hechas de monte, corrían buscando un sueño
...
Regresar, reencarnado en la brisa del Mar
Es regresar, con mil historias en el equipaje
Regresar, por el camino que te vió marchar
Y te oyó jurar... "volveré de este viaje".

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