Me contó que se le quebró la voz la última vez que habló con el corazón en el puño.
Que le faltaba el aire, o que algo el oprimía el pecho.
Me dijo que desde ese mismo instante, decidió no volver a respirar.
Que le preguntara al espejo hace cuanto no le veía llorar, que me sorprendería de ver lo fuerte que se había vuelto su apariencia.
No sé si te acuerdas, pero sigue siendo ese chico sin problemas que siemper te hace reír, ¿verdad?.
Le cuesta tanto levantarse por las mañanas...
Desayuna dosis triples de ambición para superar seis horas sin derrumbarse.
Le da miedo acabar queriendo desayunar dosis triples de heroína.
Vuestra rutina, la que os entretiene, la que, poco a poco construye vuestro futuro, a él le parte el alma.
Dice que ojalá tuviera valor para abandonarlo todo, huir y explotar, y meterse a cura, o a puta, a estas alturas ya no le importa.
Sigue soñando con su vida lejos de aquí, pero algo le impide tomar la decisión definitiva; algo, alguien, le retiene aquí, alguien que no conoce,que no ha conseguido besar ni captar su atención ni por tres minutos, asuntos que no ha podido terminar, ni empezar, todas las cosas que le quedan por hacer.
Quizás se marche dentro de poco, con sigilo, sin dañarse a sí mismo despidiendose.
O quizás más adelante.
O quizás se muera mañana, y decenas de personas lloren por él, y empezará la carrera por ver quién era la persona que más le quería.
Hipócritas.
No quiere estar muerto para que la mujer de su vida piense que le quiere.
Le sigue aterrando pensar en la muerte.
Y también le sigue aterrando estar solo, de cuerpo y de mente.
Y echa de menos follar por amor.
Me dice que ha nacido en una época que no le corresponde; que conocer a la gente por una foto, usar las drogas como alternativa, no amar a nadie más que a tí mismo, no le va.
El golferío para todos los demás.
Me ruega que entienda que, él, también se merece que unos ojos bonitos se enamoren de él, y que le conviertan en la persona más imperfectamente especial de su mundo.
Me dice que quiere un mundo entero solo para él.
Donde a la gente le vuelva a doler escuchar una canción.
Donde la piel de gallina sea la traducción literal de la línea de un libro.
Donde el sudor frío sea síntoma de un placer desconocido.
Este no es su mundo, ni la gente que quiere, aunque ellos tampoco le quieran a él. Pero también me dice que está tomando decisiones, y que se ha cansado de ser el amigo feo que os hace reir.
El amor propio que le queda le impide pensar que no vale nada, pero me pide, que porfavor, alguien se lo demuestre.
Escribe en las paredes que es un viaje jodidamente largo para una sola persona, aunque solo sea un tramo.
Iba a decir que le podeis llamar romántico, tipo con valores e ideas, pero mejor todavía, llamarle gilipollas.
Lo peor de todo, es que se está muriendo el niño que tenía dentro.
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